La fotografía de naturaleza requiere de una gran vocación. Es ante todo una especialidad que demanda mucha paciencia, resistencia física y un alto grado de conocimiento de la vida silvestre.

Es esencial que el fotógrafo de la naturaleza conozca los hábitos de las especies que quiere captar. Debe saber dónde colocar la cámara, a qué hora y cómo camuflarse para no delatar su presencia. Las solitarias horas de espera en el medio silvestre convierten a menudo al fotógrafo en un bicho más. Un animal curioso que mira a través de su objetivo las costumbres de una gran variedad de seres vivos que
no dejan nunca de sorprenderle.