La fotografía personal o de autor es quizás donde realmente el fotógrafo puede mostrar y compartir sus sentimientos más profundos.

Marcan su estilo subjetivo, su manera de ver y vivir la realidad a través del objetivo, y expresar sus preferencias, sus momentos, sus experimentos. Todas sus instantáneas forman parte de su vivencia particular. Las imágenes captadas hablan del fotógrafo de la misma forma en que lo haría un diario personal. Si transmiten tristeza, soledad, alegría o afecto, es porque la mirada del autor así lo vivió. La magia de la fotografía recuerda que, pese al paso del tiempo, esa instantánea que en un momento le cautivó, se quedó a vivir con él, acompañándole y transportán-dole de nuevo a ese día nublado, al frío y al miedo que pasó, hasta que logró apretar el disparador y un instante después sintió la emoción al saber: ¡la tengo!.